Page 190 - Peñamellera Alta
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Sería una visión muy recortada justificar la construcción de este magnífico templo por el
solo deseo de ostentación personal de cargos y riqueza del fundador ante sus paisanos.
Tópico que con frecuencia ha circulado, aminorando el alcance y trascendencia social que
históricamente han tenido algunas fundaciones eclesiásticas y lo que han aportado a la so-
ciedad de su época. Muy al contrario de este prejuicioso cliché hay que decir que la erección
de esta iglesia se debe necesariamente situar en un contexto socio-político y eclesial mucho
más amplio.
En primer lugar la política eclesiástica carlotercista, decididamente orientada a recortar los
beneficios eclesiásticos vacos e incrementar los que llevaban pareja la cura animarum. Así
se explica algunas leyes dictadas por Carlos III, reduciendo e incluso suprimiendo nume-
rosos beneficios simples y meras capellanías, mientras que se potenciaban los esfuerzos
y medidas por lograr que los curatos y beneficios eclesiásticos obligados a la atención
pastoral de los fieles tuviesen garantizada la suficiente congrua o sustentación del clérigo.
Política que se explica desde el interés creciente de los Borbones españoles, a partir sobre
todo de mediados del siglo XVIII, por lograr tener buenos súbditos que rentasen al Estado.
Objetivo en el que podían desempeñar un importante papel los curas en sus parroquias, no
solo en lo espiritual. Explicándose así iniciativas como el Semanario de agricultura para
párrocos o la obligada lectura en las iglesias del Discurso sobre el fomento de la Industria
Popular, impuesta por Campomanes a los curas. Imposición que el todopoderoso fiscal de
la Cámara realizó enviando a cada párroco un ejemplar del Discurso, acompañado del co-
rrespondiente decreto episcopal ordenado a los curas poner en ejecución lo dispuesto por la
Cámara, leyendo a los feligreses cada domingo públicamente y desde el púlpito un capítulo
del discurso.
Paralelamente, y ya a nivel eclesiástico, los obispos caminaban a la zaga de las disposi-
ciones reales en estas materias, favoreciendo también la atención pastoral de los fieles con
la erección de nuevas parroquias, cada vez más necesarias en la diócesis de Oviedo por el
crecimiento demográfico experimentado en Asturias a lo largo del siglo XVIII.
La construcción de un nuevo templo parroquial para más fácil atención pastoral de los fieles
suponía secundar estas líneas políticas y eclesiásticas. Y si a ello se añade la atención de
los pobres, reforzando así los esfuerzos de la Corona por disminuir el número de pobres
y vagabundos, adquieren mayor significación la erección de la iglesia de Alles y la pareja
Obra Pía para Pobres promovidas por el canónigo Juan Mier de Villar. Dos fundaciones que
absorbieron una parte muy significativa de sus ingresos, tal como expresamente señala en
su testamento. Pero que también dejaron profunda huella en la historia de Peñamellera, par-
ticularmente el templo de Alles, cuya construcción se encomendó a un maestro arquitecto
enviado desde Méjico por el fundador. Lo que explica la ornamentación de gusto americano
que presenta el templo. Obviamente ambas iniciativas favorecieron el desarrollo de la pa-
rroquia y de los vecinos, no sólo de Alles sino también de todo el concejo.
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