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Asturias, Covadonga y su entorno natural
deplorable, con algunas paredes derruidas y
muchas tumbas abandonadas a pesar de ha-
ber alojado restos de importantes personali-
dades locales, como Roberto Frassinelli – “el
Alemán de Corao” -- o el filántropo, consi-
derado en Chile como un héroe de la guerra
del Pacífico, Eduardo Llanos Alvarez de las
Asturias.
Siguiendo la carretera cuesta arriba está la
aldea del Cueto donde según una tradición lo- Importante detalle de los capiteles
cal, nunca corroborada por los historiadores, de la Iglesia de Santa Eulalia y uno
se conserva la casa, totalmente restaurada de los venerables tejos que se en-
como vivienda rural, donde residió don Pe- cuentran en su entorno.
layo antes de establecer su Corte en Cangas
de Onís, que se convertiría así en la primera
capital de España. No hay ninguna placa que
lo recuerde aunque son frecuentes las visitas
de curiosos que se acercan a hacerse fotogra-
fías delante. Desde allí, lo mismo que desde
los alrededores de la Iglesia, puede contem-
plarse una panorámica espléndida de todo el
valle del Güeña y de sus laderas, con las ermi-
tas de San Emeterio a un lado, en Isongo, y
Santa Eugenia, en Sobrecueva, del otro. Una
leyenda intenta dibujar un simbólico trián-
“ En el entorno a
la Iglesia, cuatro
venerables tejos
centenarios ya dan
al lugar una imagen
de la solidez de un
pasado digno de ser
evocado con el mayor
respeto histórico”.
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