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Jorge García Suco

Sellero y Montañero

J.G.S

Sierra del Sueve

“Como montañero enamorado de la tierra en la que nací, no sabría enumerar

las ocasiones en las que acudí a la llamada de la Sierra del Sueve, las cimas

del Picu Pienzu o del parragués Picu Mirueñu siempre están ahí provocando

mi sed de aventura. Mis itinerarios favoritos parten, sin lugar a dudas, desde

el Mirador del Fitu, especialmente cuando la climatología nos regala una

de esas “jornadas perfectas”, que consiguen transportarnos a momentos

realmente mágicos”

Llegamos temprano, aún de noche, al Mirador del Fitu para contemplar

el amanecer desde el privilegiado balcón de hormigón del que tanto

presumimos los parragueses. Comienza a despertarse el sol, tiñendo

de colores cálidos el cielo, las nubes y todo cuanto encuentra a su

paso. Es éste, un espectáculo que, sin duda, debería contemplar todo

visitante. Salimos en dirección al Bustacu, esquivando alguna piedra

por el camino y pasando al lado de la “placa del guarda”. (Siempre

intento tocarla a modo de saludo. Carlos Díaz, fue guarda mayor

forestal, al cual tuve el inmenso placer de conocer y con cuya familia

tengo una estrecha relación desde la infancia). Pronto empezamos

a contemplar un mar de nubes que oculta casi todo el valle del Sella

y del Piloña a su paso por Arriondas. La niebla provocada por los

ríos, parece aferrarse como si quisiera echar raíces en nuestra villa.

Con los pulmones invadidos por la esencia de la manzanilla silvestre,

llegamos a la verde y esponjosa campera del Bustacu, de la que

sanamente se alimentan vacas, caballos y asturcones (raza de caballos

autóctona). A partir de este punto comienza seriamente la ascensión

al Pienzu. Salimos de la campera por un empinado camino de piedra

que comunica las majadas del Bustacu y la de Beluenzu. Al final del

camino, a mano izquierda, tenemos un bebedero para el ganado en el

que nos podemos refrescar. Durante la ascensión iremos comprobando

cómo la niebla que se alojaba en el valle se va disipando, dejando

como rastro pequeñas nubes moribundas.