Page 508 - Laviana

de forma que el proceso productivo se realiza en base al ciclo natural
José Antonio González Díaz
Profesor Universidad de Oviedo
“Ganadería Ecológica:
Buena para la naturaleza, buena para ti”
La ganadería ecológica “Falda de Peña Mea” es una explotación
agraria de carácter familiar en la que hemos puesto toda nuestra ilusión
y esfuerzo en la cría de ganado vacuno desde una óptica productiva
natural y segura, como así lo avala nuestra inclusión en el Consejo
Regulador de la Producción Ecológica en Asturias (COPAE) y la en la
Indicación Geográfica Protegida (IGP) Ternera Asturiana.
Nuestra explotación es una ganadería de pequeño tamaño, en torno
a 20 vacas madres, que permite el manejo del ganado con mimo
y esmero. Radicada en Asturias, en las estribaciones de Peña Mea,
Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras, y con razón social en la
aldea de la Cuesta (Laviana), tiene su base territorial incluida en la red
europea de protección medioambiental Red Natura 2000.
La explotación se basa en la cría de la vaca autóctona Asturiana de
la Montaña o “Casina”, raza en peligro de extinción, caracterizada
por su rusticidad, docilidad, fertilidad y una gran capacidad maternal,
atributos que le permiten una excelente adaptación al espacio de
montaña en el que pasta en libertad, facilitando la adecuación de la
explotación al programa de producción ecológica que cumple con
rigor.
La salida comercial de la explotación es el cebo de los terneros en
ecológico, por lo cual toda la explotación queda afectada por esta
normativa que implica la cría en libertad de los animales, la prohibición
del suministro de alimentos transgénicos al ganado y del empleo de
herbicidas y abonos químicos de síntesis en el manejo de las praderas,
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y con un respeto al bienestar de los animales. Se trata de un sistema de
producción fundamentado en prácticas tradicionales que contribuye
decididamente a la conservación de los paisajes y la biodiversidad del
“Paraíso Natural” asturiano.
La carne de ternera casina de producción ecológica es una carne
diferente, como opina quien la prueba: “una carne que sabe y
huele a carne”, impresiones sensoriales derivadas de sus excelentes
condiciones organolépticas. Su color rosáceo al corte, su textura tierna
y jugosa, su intenso sabor, su fabuloso olor y su fácil preparación, ya
que no necesita condimentos, rememoran en el comensal sensaciones
gustativas de antaño, en un ejercicio culinario de añoranza de la
carne que preparaban nuestras abuelas. Además del deleite sensorial,
la carne ecológica es la más sana de las carnes que podemos
comer, pues en su proceso de crianza está libre de residuos químicos
contaminantes, al realizarse en base a una alimentación natural y
equilibrada, que aporta una mayor saludabilidad a la carne al tener
una mayor presencia de ácidos grasos insaturados como el Omega -3.
Finalmente, hemos apostado por un sistema de comercialización
directo y justo, tanto para productor como para consumidor, libre de
intermediarios, en el que se ha acortado al máximo la cadena de valor
de la carne, que tiene su expresión escrita en el lema comercial “del
prau al arcón” (del campo al congelador). Se trata de un sistema que
permite al consumidor la degustación de producciones ecológicas
de alta calidad a precio de productos convencionales, en el que al
precio del ternero en origen sólo hay que sumar los costes derivados
del sacrificio, despiece y distribución.
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