Page 125 - Asturias, Covadonga y su entorno natural
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SAN PEDRO POVEDA Enol y La Ercina
                          REAL SITIO DE COVADONGA CovadongaInstitución TeresianaCapital del Reino, año 774
                                    CANGAS DE ONÍS






                       “      El santuario                       No  obstante,  Cangas  de  Onís,  ha




                          excavado en las rocas
                                                                 no  pocas  tempestades,  su  carácter
                          continua siendo lugar                  mantenido contra muchos vientos y
                                                                 y  orgullo  indomable  convirtiéndose
                          de peregrinaje de miles                por  derecho  propio,  más  allá  de  la
                          de fieles de todo el                   decisiones  nobiliarias,  en  pionera,  y
                          mundo”.                                capital de muchas cosas, en Capital
                                                                 de Capitales.
                                                                 Más  de  veinte  siglos  después,  Can-
                                                                 gas  de  Onís  sigue  siendo  la  capital
                                                                 Mariana por excelencia. El santuario
                                                                 excavado en las rocas continua sien-
                                                                 do lugar de peregrinaje de miles de
                                                                 fieles de todo el mundo, que confían
                                                                 sus cuitas, problemas y esperanzas a
                                                                 la “Santina”, así como “Real Sitio” re-
                                                                 sulta visita obligada para cualquiera
                                                                 que se sienta merecedor de su inter-
                                                                 vención  en  los  campos  profesional,
                                                                 familiar  y  hasta  deportivo,  de  cual-
                                                                 quier tipo.
                                                                 Asimismo,  la  vista  de  la  basílica
                                                                 neorrománica, cuyo rosado color  se
                                                                 dibuja  sobre  la  piedra  caliza  de  las
                                                                 montañas que la guardan, es posible-
                                                                 mente la imagen más captada por los
                                                                 pinceles de los artistas del siglo XX;
                                                                 por las fotografías de las familias as-
                                                                 turianas  que  anualmente  se  sienten
                                                                 obligadas  a  visitarla  una    o  dos  ve-
                                                                 ces al año y por las de los turistas de
                                                                 todo el mundo que han ido llegando
                                                                 al Principado, desde que el turismo,
                                                                 puede concebirse como tal.








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